QUE RAZÓN TIENE SIMONE.
Por: Moisés
Flores.
En ocasiones despierto con unas ganas
de salir corriendo de aquí, de esta casa llamada hogar, y es que, me pregunto
si verdaderamente a esto se le llama hogar, o saber ¿cuál es la diferencia entre
una y otra? Quisiera saberlo ya, pero mejor me retiro de aquí y me voy a leer
un poco para distraerme de estos pensamientos que se cruzan en mí. Tomo mi
mochila que esta sobre el sillón, porque sé que tengo cosas de tarea que hacer
y que por cierto, voy atrasado en algún tema que ciertamente lo hare, tratando
de quitarme este sentimiento que claustrofobia que no me deja en paz.
Son casi ya las del día y camino al
bosque me estoy dando cuenta que no he desayunado. Me estaciono en la primera
tienda de “conveniencia” que se me cruza en el camino. Y ya, con un rico yogurt
y un pastelito y por supuesto, sin que falten mis chicles, me dirijo más tranquilo
a mi destino. ¡Tengo que tomar aire ya!
Ya estoy aquí, al parecer este rico
vientecito me da la bienvenida, el único inconveniente, es que el pasto esta húmedo
y yo con mi pantalón blanco. Ni modo, de cualquier forma se tiene que lavar. Ya
cómodo en este bello ambiente, abro mi laptop inserto esta memoria, que ojala y
no me falle hoy, si no, quien sabe que pueda pasar. Que afortunado, hasta
ahorita todo bien, nada falla, y el tema, pues me parece interesante. De vez en
cuando, necesitamos ver que nuestros problemas no son tan exclusivos, que todos
en algún momento tenemos o pasamos por crisis, y vaya que es atinada está
siendo esta salidita, y estar leyendo que en algún momento la gente se pregunta
¿Cuál es el destino de la vida? Ver que llegamos a una edad en la que los
pensamientos van más allá incluso, mas alla de cualquiera de mis problemitas,
es de risa que de repente reflexione sobre las cosas que me suceden, al fin y acabo,
creo que no pasa nada, de alguna u otra forma tengo que tropezarme de vez en
cuando, si no, ¿Qué chiste tiene esta vida? Y es que como lo estoy leyendo, la
edad es importante para darnos cuenta de muchas cosas como es por ejemplo, esta
salidita, agarrar de repente mi mochila y salirme dejando atrás tantas cosas
que tengo que hacer para hoy. Que afortunado tener las posibilidades de salir
un poco de esa rutina que afecta tanto,
como precisamente lo estoy leyendo, y yo a mis treinta tantos, tengo la
dicha de poder disfrutar muchas emociones, que tal vez una persona adulta ya
sin motivaciones, o simplemente por falta de ganas o salud que impiden a hacer
lo que se quiera.
Con cuantas cosas nos sentimos tan
apegados, a veces por el tiempo, en ocasiones hasta por las ropas, y yo sin
darme cuenta llevo ya tres horas aquí acostado, y ahora entiendo por qué tengo el
tenis puesto aún, si ya me están apretando. Aflojando las agujetas para
sentirme más cómodo, se me olvidaba que un chicle me espera ansiosamente en la
bolsa del pantalón, y mi vejiga me reprocha que necesita de urgencia el primer árbol
frondoso y cercano. Justo aquí, hay muchos así aun, y yo solo aquí, pues qué más
da, total, el pasto esta mojado.
Creo que ya va siendo hora de partir
de aquí, ya casi son las seis y mi estómago
reclama algo así como un rico caldito de hongos y un cafecito caliente, después
tal vez me dirija a… No lo sé.
Correcciones ortográficas:
ResponderEliminarEstá
Haré
Ojalá
Está bien tu crónica pero veo poco contenido o relación con la lectura de la mujer rota, recuerda que hay que ser más precisos respecto a ella.
CALIFICACIÓN: 2.5/5
:´(
ResponderEliminar